Acerca de

Cuando tenía 5 años, vi por primera vez a un hombre vestido con un traje, portafolio en mano, caminando con una seguridad que irradiaba respeto. Las personas lo trataban de una manera especial, casi como si estuviera en otra categoría, como si tuviera algo que los demás no. Yo no sabía qué era exactamente, pero sí sabía una cosa: ese hombre tenía algo que quería alcanzar algún día. Aunque no entendía completamente qué hacía, algo en su presencia me dijo que la ley, el respeto y la justicia eran el camino a seguir.

Esa imagen nunca se me fue de la cabeza, y aunque no sabía cómo, comencé a tomar la decisión de que algún día iba a ser abogado. Y así fue. Entré a la universidad con el sueño claro: convertirme en ese profesional que puede marcar la diferencia en la vida de las personas.

Pero la realidad no fue tan fácil como pensaba. En el segundo año de mi carrera, decidí abrir mi propio despacho, algo que pocos creyeron posible, y mucho menos los que me rodeaban. Estaba solo, joven, y con poca experiencia, pero tenía un fuego interior que me impulsaba. Sin embargo, hubo un momento clave, una enseñanza que jamás olvidaré. Un profesor me ayudó con mi primer caso real, un caso que estaba a punto de perder. «El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando», me dijo. Esa frase cambió todo. Nos pagan por pensar, no por recitar leyes. Y gracias a esa mentalidad, gané mi primer caso.

Desde entonces, me di cuenta de algo más: lo más importante en la abogacía no son solo los libros, sino las personas. El contacto con la gente, entender sus problemas y darles soluciones es lo que realmente hace la diferencia. Es lo que me mueve todos los días a seguir ayudando a quienes más lo necesitan.

Hoy, en Bautista y Co Abogados, me enorgullece poder ofrecer ese mismo enfoque, el que me permitió avanzar desde aquellos días en que soñaba con vestir un traje y tener un portafolio. Estamos aquí para pensar, para ayudar, para cambiar vidas. Y si tú estás leyendo esto, es porque tal vez tú también necesitas ese cambio. Cuéntanos tu caso, porque nosotros pensamos en soluciones, no en problemas.

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